jueves, 14 de octubre de 2010

Lecciones desde Chile

La tragedia que sacudió a Chile el 5 de agosto (la segunda en este año, luego del terremoto) cuando 33 mineros quedaron atrapados a 700 metros de la superficie se transformó en un evento de cobertura mediática sin precendetes en su tipo. ¿Por qué un evento de esta naturaleza tuvo tal trascendencia mundial? He aquí las tres razones por las que considero que el "milagro" de los mineros deja lecciones por aprender para nuestros países (no hay orden de importancia en la redacción).

Primero, un triunfo para la ciencia y la técnica. Perforar cientos de metros en una superficie sólida con tal precisión que no se produjera un derrumbe fatal para los hombres atrapados y al mismo tiempo con tal velocidad que el rescate se produjo mucho antes de lo planeado originalmente. Pero también la tecnología para poder dar con el punto exacto en donde se encontraban los mineros (tarea realizada por la paraestatal Codelco) y la tecnología para mantenerlos en buenas condiciones durante más de dos meses: hilos para eliminar hongos y aparatos electrónicos que cabían en un tubo de siete centímetros de diámetro. La coordinación del sector público y privado y la atinada decisión de aceptar ayuda extranjera para las tareas en las que la NASA era la organización más calificada para realizarlas. Y la implementación del mecanismo de rescate, una maravilla desde el punto de vista tecnológico. Chequen la infografía del New York Times de cómo operó dicho mecanismo. Este es uno de los eventos que sin duda debe inspirar a las futuras generaciones y mostrarles que además de para hacer dinero, lo que aprenden en las universidades servirá para algo tan noble como lo que sucedió en la mina. Y que explica más que la palabra "milagro".

Fuente: The New York Times

Segundo, un llamado de atención sobre la dignidad humana y las condiciones en que laboran muchas personas alrededor del mundo. Y es que aunque no se sabe exactamente el costo del rescate, The Economist reporta 15 millones de dólares mientras que la BBC cita entre 10 y 22 (un intervalo de confianza un poco amplio). Consideremos la cifra de The Economist, que está en medio. Dividan esos millones entre 33 mineros. Resultan cerca de 450 mil dólares por cada uno. Si el gobierno chileno hubiera pagado sólo un cuarto de esa cantidad en indemnizaciones y dado por muertos a los mineros, es decir, 112 mil dólares, se habría ahorrado tres cuartas partes de lo desembolsado (al menos 11 millones de dólares) y cada familia habría recibido 16 veces más de lo que Grupo México ofrece a las familias de los mineros muertos en Pasta de Conchos. Pero más allá de cálculos en cuestiones de costo y beneficio, se tomó una decisión basada en un criterio sencillo: la vida de una persona es invaluable. Tragedias recientes en México, China, Colombia y otros países nos recuerdan las condiciones extremas que implica trabajar en la minería. Por eso el cronista inglés George Orwell, en su ensayo "Down the Mine", describe a la actividad minera como una en la que a la gente se le puede ir la vida sin darse cuenta de lo que sucede en la superficie.

Y tercero, una alerta para la forma en que se enfrentan las emergencias desde la esfera de la política. La forma en que los gobiernos responden a las crisis dice mucho de la forma en que llevan las riendas de un país. Chile es uno de los países de América Latina con una democracia mejor consolidada. Incluso con cerca de dos décadas de gobiernos de centro - izquierda, en 2010 Sebastián Piñera asumió la Presidencia desde una coalición de derecha. Más allá del color del partido, el gobierno Chileno ha enfrentado dos crisis importantes en este año: el terremoto y el accidente en la mina. En el caso de la mina, la decisión de rescatar a los mineros a como diera lugar inspiró, sobre todo en países latinoamericanos, un cuestionamiento sobre la forma de hacer política y tomar decisiones en nuestros países. En Twitter el hashtag #SiLosMinerosFueranMexicanos se volvió tan popular que encabezó los temas más mencionados en la red del microblog a nivel mundial. Reclamos a la forma en que se dio carpetazo al accidente en Pasta de Conchos y burlas sobre el tiempo en que tardó en encontrarse el cuerpo de la niña Paulett fueron sólo dos expresiones de cómo los mexicanos compararon las reacciones de los gobiernos ante eventos de trascendencia. También se dejaron leyeron comentarios sobre el papel de los medios de comunicación en las tragedias ("Sky hubiera transmitido en PPV", dijeron) y hasta la idiosincrasia mexicana ("los mexicanos ya estaríamos festejando ebrios en el Ángel) llevaron el tema a la frontera con lo insensible pero que dejan ver cómo percibe la gente a sus élites. Pero también hubo una versión de dicho hashtag para Argentina, Venezuela y otros países.

Sin duda una tragedia que trasciende para la historia y que deja lecciones que no todos estamos listos para aprender... pero sí para festejar. Aquí la foto de la cafetería del BID ofreciendo sándwiches especiales en la comida de hoy:


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