lunes, 2 de agosto de 2010

Que nadie toque a Caín

El pasado 29 de julio la organización Nessuno Tocchi Caino (Hands Off Cain) presentó su reporte "Hands Off Cain’s 2010 Report on the Death Penalty". Nessuno Tocchi Caino es una organización sin fines de lucro que busca erradicar la pena de muerte en el mundo. Pueden ver mayores detalles sobre la organización acá.

El reporte anual, publicado desde 1997, analiza las tendencias en la aplicación de la pena capital en el mundo y revisa los casos de los países en los que esta pena se aplica de forma constante.


China es el país donde mayor número de ejecuciones se realizaron en el periodo 2009 - 2010, seguido de Irán, Iraq y los Estados Unidos.

En China las ejecuciones se mantienen como secreto de estado y se aplican de acuerdo a criterios poco claros. Por ejemplo, el reporte destaca la ejecución de una mujer ejecutada por un fraude cercano a 102 millones de dólares y el de un oficial del gobierno chino a quien le fue conmutada la pena capital por cárcel acusado por desvío de fondos por un monto inmensamente mayor.

En Irán la situación es similar, con poca información oficial sobre el número de ejecuciones. Además, preocupa la aplicación de la pena de muerte a individuos condenados por delitos que cometieron mientras eran niños, lo cual viola los acuerdos internacionales en la materia. Además, en ese país se siguen condenando a muerte a personas acusadas por delitos no violentos, como el adulterio o la asociación a una religión no aprobada por el gobierno. En Irán se aplican aún penas inhumanas y crueles, como la lapidación, la amputación y la tortura.

En Iraq se reiniciaron las ejecuciones en el periodo 2009 - 2010 luego de que la ocupación estadounidense regresara el poder a los iraquíes. Desde entonces se han llevado a cabo varias ejecuciones principalmente contra ex oficiales del gobierno de Saddam Hussein.

En Estados Unidos la pena de muerte se aplica para crímenes como el asesinato violento y los homicidios seriales. El informe destaca de manera interesante que, aunque el principal método para aplicar la pena capital en este país es la inyección letal, en algunos estados el condenado puede escoger el método por el que morirá: silla eléctrica (en Alabama, Arkansas y Florida, por ejemplo), cámara de gases (Maryland, Missouri, Wyoming), fusilamiento (Oklahoma, Utah) o la horca (New Hampshire, Washington).

La pena capital se aplica oficialmente en 43 países del mundo de los cuales 7 son considerados gobiernos democráticos. La pena de muerte es una expresión de atraso e incoherencia para aquellos países que defienden los derechos de las personas, como el de la salud y la educación, pero que permiten una violación sistemática del derecho de la vida.

Aún la justificación cultural de la impartición de la pena queda corta. No es justificable que tradiciones o textos religiosos que datan de miles de años se trasladen literalmente en reglas civiles para la actualidad.

El recrudecimiento de la violencia y el aumento en la incidencia de delitos que lastiman la vida y la salud, como el secuestro y el narcotráfico, ha provocado que ciertos sectores de la sociedad, por ejemplo el Partido Verde en México, consideren que la pena capital es una forma de desincentivar el crimen. Consideran que penas más altas harán que los criminales se la piensen dos veces antes de cometer un crimen, pero ante todo, consideran legítimo el causar un daño a quien lo ha infringido.

Esta última línea es la que hace a la pena capital un castigo aberrante y contrario a la concepción de civilización y progreso. La idea que valida la Ley del Talión lastima a la sociedad que la aplica porque es incapaz de castigar de manera ejemplar a sus miembros sin tener que recurrir a métodos lastimosos. Más aún, destaca su incapacidad para corregir los comportamientos que degeneran en crímenes violentos y contra la salud, por lo que su solución, falsa, es otro crimen .

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