domingo, 27 de septiembre de 2009

Dos historias de pobreza

Recientemente en los medios masivos de comunicación han aparecido notas breves, pero también amplios reportajes de varios minutos de duración, en los que se presentan las condiciones de extrema pobreza en que viven miles de familias en México. Para muestra, el reportaje que Javier Alatorre presentó en hechos el miércoles pasado en el noticiero nocturno de TvAzteca, en que el presenta a varias familias en situación de pobreza en Nayarit. A veces este tipo de reportajes me parecen muy poco afortunados, sobre todo cuando al entrevistar a las personas ponen se introduce de fondo esa música telenovelesca que invita a sentirse conmovido por lo que uno ve. Pero puede que para muchos de los que hacen política y escriben sobre el tema, esta sea la forma más cercana de contacto con la pobreza.

Para muchas personas, entre las que me incluyo, lo presentado en estos trabajos periodísticos no nos dice nada nuevo. La forma en que estás familias sobreviven hoy es la misma en la que los pobres han sobrevivido durante décadas (quizás siglos): con un acceso limitadísimo a los alimentos básicos, sin servicios de energía eléctrica o agua potable e imposibilitados para acceder al mercado de trabajo. Y es que la pobreza, una vez estando a mitad de la casa de quienes la viven, se convierte en más que indicadores y medidas. Desafortunadamente, estoy convencido de que en este país hay quienes creen aún que la pobreza no es un tema tan grave y que sus efectos son resultados de elecciones a nivel microeconómico que pueden ser resultas en los mercados.

Hoy se publica en La Jornada uno más de estos trabajos periodísticos. Aquí se presentan los testimonios de los habitantes del municipio de Santiago de Anaya, Hidalgo. Y los diálogos son los mismos que escuchamos en los distintos escenarios en los que la situación de pobreza se presenta en nuestro país. Dietas basadas en maíz, frijol y chile. Viviendas construidas a partir de materiales naturales y sobre pisos de tierra. Ancianos que pasaron su vida esperanzados en que su situación cambiaría. Hombres y mujeres en edad productiva que trabajan unas semanas sí y otras no.


De la nota me llama la atención el que se acuse al ex alcalde por desvío de fondos. Durante mi carrera en la UACh, realicé el servicio social en dicho municipio (abajo, una foto de mis visitas al lugar, cuando aún usaba zapatos). El trabajo consistió en la elaboración de proyectos productivos que permitirían aprovechar varios millones de pesos que un grupo de ejidatarios habían ganado en un pleito legal (montos que eran manejados por la Presidencia Municipal). Los proyectos productivos quedaron en manos de la Oficina de Desarrollo Económico. De confirmarse las acusaciones, estaríamos en presencia de otra de las comunes historias que van ligadas a la pobreza: la pobreza es un gran negocio para algunos.

La voluntad de muchos, como en este caso de los universitarios que participamos en los proyectos y de los ejidatarios que se convencieron de que invertir el dinero conjuntamente era mejor que repartirlo y gastarlo, queda opacada por los vicios a los que, desafortunadamente, nos hemos vuelto indiferentes.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Ni tan agua ni tan aceite

¡El PRD y PAN se alían para enfrentar al PRI en Oaxaca en 2010! Creo que después de haber visto a Fox gobernar México, a Zelaya coquetear con Calderón y el FAP el mismo día y al aeropirata causar furor en los medios con dos latas de Jumex, debería quitar los signos de admiración pues ya no sé cuando va a llegar otra noticia más ridícula en la que valga la pena emplearlos.

Me sorprende, no tanto del PAN, sino del PRD. La derecha es por naturaleza, y casi por definición, pragmática. El PAN formará alianzas que le permitan ganar elecciones pues no tiene principios ideológicos más allá de los que le permite el adoctrinamiento inherente a la derecha. Un adoctrinamiento que puede ser modificado simplemente sustituyendo ciertos dogmas por otro.


Pero que lo haga el PRD sí me causa decepción. El llamado a representar la supuesta izquierda mexicana (que no dudo que exista, lo que dudo es que ésta esté representada por el PRD) no debería venderse por un argumento tan vil como el de "acabar con el PRI y Ulises Ruíz". Me queda claro que no es todo el PRD el que está de acuerdo con la alianza. Ya López Obrador ha dicho que reprueba el acuerdo. Sin embargo, hay que recordar que es este partido el que ha desconocido sistemáticamente a Calderón y lo ha llamado espurio, pelele y usurpador (con todas las permutaciones posibles).

Más aun, lo que declara Martha Dalia Gastelum, de la Comisión Política Nacional del PRD, deja ver que este partido está dispuesto a todo con tal de ganar algo el próximo año: "vamos a ver hasta dónde nos da esa política; la idea es hacer alianzas con los demás partidos de izquierda y sobre todo con la sociedad y las organizaciones que nos permita ganarle al PRI y al gobernador Ulises Ruiz". Y acabarán por venderle su alma al diablo, y con diablo no me refiero a ninguna de las metáforas con las que suelen referirse a ciertos políticos no muy queridos.

El acuerdo a dado para tanto que hasta es objeto de burlas al seno de la Cámara de Diputados. Como cuando en la primaria uno se hacía amigo del niño pegalón, lo que le atraía las burlas del resto del grupo. Hoy Ulises Ruíz ironiza al respecto y considera que esta alianza representa una reconciliación entre Calderón y AMLO. Esto parece muy lejano aún, y por el bien de la política mexicana, confío en que López Obrador no caerá en una incongruencia similar.

PD. En la foto aparecen los presidentes del PAN (izquierda [¡de la foto!]) y PRD (derecha [ya no sé si nada más de la foto]) en Oaxaca. ¿Notan algo conocido en la mano del líder amarillo en la entidad?

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Crónica del casi Bicentenario

Ayer, día del tradicional Grito de Independencia, fue un día sin duda especial para los mexicanos... bueno, se supone que para todos. Pero relataré, muy resumidamente, lo que me contó "el primo de un amigo":
Estaba en medio de la celebración del Grito en casa de mis tíos, pero el ambiente era tenso. Parecía que no era una fiesta. Pensé que era natural: martes, todos trabajaron, pero unos tequilas lo arreglarán.

Luego encendieron la televisión. En Televisa y TvAzteca pasaban el mismo programa oficial. Los conductores se emocionaron al relatar lo que acababan de presenciar, un evento de luz sobre Palacio Nacional. E insistían más o menos en lo mismo: "tenemos un gran país", "hemos lucha contra todas las adversidades", "la gente de este país es valiente y aguantadora". Seguimos viviendo con la misma ilusión.

Llegó el momento esperado, casi las 11 de la noche y subieron el volumen de la televisión. Y apareció Calderón entre los aplausos de sus amigos.

-Mira que bonito el vestido de su esposa- dijo una de mis tías.

Yo estaba hasta atrás (hasta atrás del grupo de invitados, nada que ver con el tequila), y miraba que, salvo pocos, la mayoría tenía caras largas, como esperando a que se acabara aquél evento para comenzar a cenar. Yo seguía esperanzado en que las cosas mejorarían.

Calderón gritó lo tradicional y luego se sintió tan cerca del Bicentenario que también le echó vivas. El ambiente en la fiesta no cambió. Varios gritaron, la mayoría niños, yo no pude. Y es que para mí, después de muchos años, no era un día especial. Me sentía como cuando voy de gorrón a una fiesta, en la que ni conozco al invitado. Que cuando llega el momento de los abrazos, lo haces como si el festejado quemara. Y en las mañanitas, cantas con tal desánimo que te da tiempo de analizar cada una de las incoherentes estrofas. Sentía que no era la fiesta de un país que no era el mío, o al menos el que yo quisiera.

Vivimos una semana muy peculiar. El Secretario de Hacienda y los impuestos ocuparon las planas de los diarios y las platicas de los ilustrados y de los no tan ilustrados. Luego un payaso tomó un avión y se hizo famoso por su horribles cantos. Y tristemente miré como ambos eventos causaban furor en los medios. Los políticos se enfrentaron en declaraciones a favor y en contra de los nuevos impuestos. Pero ahora no sé si creerle o no a mi estilista, que como muchos mexicanos, cree que todo es una cortina de humo.

Ahora sí estamos oficialmente en el año del Bicentenario y la fiesta no parece ser acorde con el festejado. Un país que no crece, un país que ve a su gente empobrecida pero que aún así le grita vivas. Un país que no cree en sus gobernantes, que su gente siente que le mienten pero que aún así atiborra los zócalos de ciudades y pequeños pueblos. Y es que por más que Calderón pone enjundia en el "Viva México" y en la televisión aparecen las estrellas de la selección nacional diciendo lo orgullosos que se sienten de ser mexicanos, no sé si creerles, o creerle a mi estilista, y al papá de mi amigo que no ve futuro para su empresa, al tío desempleado.

Por fin terminó la ceremonia y canté el himno con respeto y añoranza, deseando que sea cierto que la historia de este país esté escrita "con el dedo de Dios". Tome dos tequilas y a las 2 de la mañana me fui a dormir.
A un año del esperado Bicentenario, el panorama es incierto para el país en cuestión económica y social, aunque el festejo del año que viene sin duda será monumental. Al parecer, será un triste Bicentenario... espero que el Bicentenario de la Revolución sea mejor. Pero más espero estar equivocado.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Sobre "Cambio con rumbo y certidumbre"

El día de hoy en el diario Reforma se publica un artículo del Senador de la República por el PRI, Manlio Fabio Beltrones, titulado "Cambio con rumbo y certidumbre" (aquí la liga al sistema informativo del PRD, pues el artículo es sólo para suscriptores del diario), el cual, desde mi punto de vista, es otra clara señal de la forma en que el PRI tratará de capitalizar los errores panistas de los últimos nueve años.

El Senador comienza haciendo una diferenciación entre el clima político que se vivía en 2006 y las condiciones políticas imperantes actualmente. Si bien el conflicto postelectoral enfrentó al PAN y al PRD en el tema de quén había ganado la elección presidencial, considero que el PRI no actúo por "la vía propia" como afirma Beltrones, más bien es el PRI quien le da legitimidad al gobierno de Calderón y permite su toma de protesta (con feria incluída pero toma al fin).

Luego, Beltrones aborda el tema de las reformas realizadas en los tres años que lleva el Senado actual. Es cierto, la reforma electoral y la reforma al sistema de pensiones eran urgentes, pero no son suficientes. La reforma electoral deja espacio a la creación de nuevos vicios (como las restricciones a la libertad de expresión que algunas de sus prerrogativas implica) y ahora urge la reforma de la reforma. Desafortunadamente, esos cambios, a mi parecer, no vendrán pronto. Si bien Calderón ha manifestado que se hará hasta lo imposible por lograr las reformas que el país requiere, esto requiere un costo: el PAN ya lo pagó en las urnas y lo seguirá pagando, el costo del PRI es dejar vivir al PAN, y dudo que quiera pagarlo. Además culpa directamente al Ejecutivo de pasar por alto la nueva legislación en materia energética.

Finalmente, el Senador cuestiona el momento en que fueron propuestas las medidas para mejorar las finanzas públicas del país. Era sabido que el gasto público era excesivo, que los ingresos tributarios venían a la baja y que la burocracia había crecido de manera desmedida. Las propuestas de Calderón al respecto no me parecen malas, como lo anoto en mi post anterior, pero el momento terminará por opacarlas. Desaparecerán tres secretarías, más por idea del mismo y PRI y Beltrones;más aun, lo que se logre en el resto de la agenda nacional dentro de los próximos tres años será resultado de la poca o mucha voluntad de este partido, que junto con la Cámara de Diputados y el Poder Judicial, tienen atado de manos a un debilitado Felipe Calderón.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Sobre el paquete económico

Durante la semana, el Gobierno Federal presentó el paquete económico para el próximo año. Dentro de éste, tres aspectos han levantado opiniones encontradas, a saber, el aumento de los impuestos, el recorte en el gasto público y la eliminación de tres secretarías de estados.

La introducción de un impuesto generalizado, cuyos fondos recaudados serán destinados al combate a la pobreza, no debiera tener objeción. De hecho la introducción del IVA generalizado es un tema al cual debiera ponérsele la seriedad que se requiere y no caer en discusiones dogmáticas. Lo cuestionable es el momento. En tiempos de crisis, cuando se requiere estimular el consumo de los hogares para reactivar la economía, el aumento de las tasas impositivas o la creación de nuevos impuestos resulta una clara acción en sentido contrario.


Además, los nuevos impuestos siguen la tónica de las miscelaneas fiscales de los gobiernos del PAN: gravar a los mismos contribuyentes sin aumentar la base. Este país se mantiene gracias a una minoría que paga impuestos (no porque quiera, sino porque se los descuentan automáticamente), pero poco se dice de la elasticidad del ingreso con respecto a la tasa impositiva. ¿Qué tanto están dispuestos a seguir pagando los que siempre pagan?

De aprobarse la implementación de impuestos, el problema será la forma en que se implemente. Si la población a la que se destinarán los recursos es la misma que la de Oportunidades, la medida estará dejando de abarcar a un sector de la población: los nuevos pobres. Aquéllos que se encontraban apenas por encima de la línea de pobreza y que, ante el incremento de precios de 2007 y el aumento del desempleo, calificarán hoy como pobres, no tendrán acceso a los recursos, al menos en el corto plazo.

El recorte en el gasto público es, casi siempre, plausible. Pero no en tiempos de crisis. Otra forma de estimular en el corto plazo la actividad económica es empleando el gasto público, pero no el gasto corriente, sino el gasto en inversión. En tiempos de crisis, cuando los empresarios no invierten y el desempleo crece, es necesaria la actuación del gobierno en proyectos que generen empleos, gasto pero a la vez crecimiento para promover la recuperación. No construyendo jardines ni pintando museos.

El congelar los sueldos de los funcionarios está bien, pero no es suficiente. El problema persiste porque el gasto de operación sigue constante, esto es, la reducción del gasto público se está proyectando para que sea en lo que en realidad se necesita, gasto de inversión. Más aun, ¿por qué, cuando se ha propuesto que todos paguemos más, no se propone que los salarios de los funcionarios se reduzcan, al menos en el corto plazo? Si los diputados atacan el problema correctamente, deberían tomar en consideración estos aspectos.

Finalmente, la eliminación de tres secretarías merece un juicio de acuerdo con qué secretarías. ¿En qué otro país existe una Secretaría (o Ministerio) de Turismo? ¿De qué sirve que una contraloría tome forma de Secretaría de Estado, cuando es el Estado auditándose a sí mismo? ¿Qué reforma agraria queda por hacer?

El promover el turismo es una tarea que se duplica con la de un consejo que ya existe en la estructura del gobierno, además, no es claro por qué esta rama de la economía debe tener un tratamiento distinto a las demás, fuera de la Secretaría de Economía. Si se dice que es por el peso del PIB turísitico sobre el total, entonces también tendríamos Secretaría de Remesas. De la Función Pública, el razonamiento es similar, pues las tareas que hace este organismo bien podrían dejarse en manos de una oficina dependiente de Presidencia. Finalmente, la Reforma Agraria es otro claro ejemplo de la duplicación de funciones que existe en la administración pública. Los asuntos agrarios bien pueden llevarse en la dependencia que por naturaleza se encarga de los asuntos del sector agropecuario. ¿Por qué tener dependencias de más? Más burocracia, más secretarios, más gastos de operación. ¿Pero por qué en este momento?

Si bien cerca del 50% de la plantilla de las Secretarías será recortada, el gasto operativo permanecerá casi constante. Entonces el ahorro no es tal, pero lo que es un hecho es que se incrementará, aunque sea un poco, la cifra de desempleados. Estas entidades del Gobierno estaban de más desde hace mucho tiempo, pero se eligió el peor momento para entrar en razón.

Es claro que detrás de estas medidas está implícita la adversión al déficit. ¿Por qué no financiar con deuda el gasto necesario para superar la crisis? La mayoría de los países que sufren las consecuencias de la recesión lo han hecho. La casi obsesión de los Gobierno de mantener un equilibrio presupuestal le ata las manos en situaciones como las que vivimos actualmente. Es como si valoraran como más costoso el déficit que el alza de impuestos, y aunque Calderón diga que se hará todo lo necesario y no sólo lo realizable, el PAN aspira a competir aún en 2012.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Capitalismo: una historia de amor

Este domingo, el cineasta y documentalista Michael Moore presentó su más reciente producción, titulada "Capitalism: A Love Story", que recibió buenas críticas en el Festival de Cine de Venecia.

De acuerdo a las crónicas de la BBC, la producción "aborda el multimillonario rescate de los bancos y lo compara a cómo los empleados de pequeñas empresas se encontraron sin trabajo y sin pago de censantía". Pero además, muy al estilo del trabajo de Moore, induce cierta dosis de humor, como cuando intenta realizar un arresto ciudadano a ejecutivos de un banco.


El trabajo de Moore siempre ha sido polémico, criticado y hasta menospreciado. Pero también bien es cierto que para muchas personas, la forma ácida en que aborda los problemas de la sociedad estadounidense resulta muy fresca y reflexiva, sobre todo para los no estadounidenses, que está acostumbrados a recibir la clásica historia de Hollywood sobre villanos (desde soviéticos hasta extraterrestres) y héroes (desde soldados del ejército hasta el mismo Presidente).

Además, en esta ocasión destaca que Moore aborda un problema que está en clara contradicción con los intereses de quienes financian sus trabajos: las casas productoras. Cuestionado al respecto, Moore es franco: "me aprovecho de una de las bellas fallas del capitalismo y es que el capitalista te vendería la soga con la que se ahorcaría con tal de hacer una ganacia".

Por cierto, las declaraciones del director con respecto al capitalismo y el sistema económico son muy contradictorias con el comportamiento de Moore, si se comprueba aquello de que cobra 2 mil euros por una entrevista con los medios, como informa El País.

martes, 1 de septiembre de 2009

El Día del Presidente

El día de hoy se instaló oficialmente el periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión. Como desde hace tres años, Felipe Calderón no acudió a la instauración de la nueva legislatura, esta vez porque ya no es una obligación constitucional para el jefe del Poder Ejectuvio el rendir un mensaje ante el Congreso para dar a conocer el estado que guarda la administración pública federal.


Cierto, durante el primer año del gobierno de Calderón las condiciones políticas eran tales que no valía la pena dar pie a los enfrentamientos y espectáculos ridículos (como en el que Calderón tomó posesión en 2006). La decisión para salir de la crisis política consistió en que el Secretario de Gobernación entregara por escrito el informe (como lo obliga la Constitución), pero que Calderón no ingresara al salón de sesiones. Muchos festejaron el hecho: es el fin del "Día del Presidente", decían. Si bien se terminó con una ceremonia antiguada, larguísima y con poco contenido sustancial, también es cierto que "El Día del Presidente" era una de las pocas ocasiones en que los mexicanos escuchaban a su presidente.

El acto de informar es un elemento básico de la democracia, así como el estar bien informado es un derecho de todo ciudadano. Las presiones políticas terminaron con esta ceremonia por miedo a que un grupo la reventara. La ceremonia del informe se redujo a una fiesta privada en Palacio Nacional en la que Calderón se reune con sus amigos. Mañana insistirá, entre aplausos, al estilo del "Día del Presidente", que el Gobierno Federal está haciendo todo lo posible contra todas las adversidades: la crisis que viene de afuera, la influenza, el narcotráfico; todo aún exponiendo la vida de él y su gabinete.

Puede que sea cierto, la ceremonia del informe alguna vez sirvió como una fiesta para que los presidentes priistas fueran ovacionados, aplaudidos o hasta para que lloraran. Luego se convirtió en casi un circo, con gritos de todos lados y de todos tipos. Pero lo que hay hoy es peor, es un vacío y un estado de conformidad entre las fuerzas políticas que limitan un derecho de todo ciudadano: el que sus gobernantes le rindan cuentas.
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